Partit de Vinaròs Independent

El alcalde, desde el minuto uno tiene decidida la ubicación de la piscina en Leopoldo Querol. Las reuniones con entidades han sido una pantomima para justificar su decisión, y aún y así, con la más representativa como fue la del Consell Municipal de Esports, le salió rana, ya que votaron para ponerla en la Ciudad Deportiva.

Pidió un estudio que se ve a la legua que se ha encargado “dirigido” hacia Leopoldo Querol, tan burdo que se tuvo que corregir primero y añadir luego el informe económico para la ubicación en la Ciudad Deportiva. Tan decidido lo tenía ya, que ni lo había encargado.

Pero cuando en el expediente vemos los informes de los técnicos para recalificar los terrenos de Leopoldo Querol, es cuando ya nos quedan patentes la alcaldada y el incumplimiento de su promesa de consultar a la ciudadana que ahora ya carece de sentido.

Este verano Alcanar, con un éxito fulgurante, ha abierto su piscina al aire libre junto a la cubierta construida en unas instalaciones deportivas bastante alejadas, pero con espacio suficiente para la ampliación. Vinaròs tenía previstas las dos piscinas (cubierta y descubierta) en la Ciudad Deportiva porque, a diferencia de en Leopoldo Querol que solo cabe una, allí hay terrenos de sobra.

Por grande que sea la autoridad del alcalde, el que los actuales socialistas herederos de aquellos con quienes gobernamos en época de Balada y de Romeu le apoyen y se olviden del desgaste que nos costó la Ciudad Deportiva, de las grandes inversiones allí realizadas en terrenos, instalaciones, accesos y servicios, y consientan que el alcalde imponga su Real voluntad, disgregue aún más nuestras instalaciones deportivas y provoque una pérdida patrimonial que no se cuantifica en ninguno de los informes, porque no les interesa el dato, ni tiene ni nombre, ni tiene justificación, salvo la de no perder los dos sueldos que se llevan dos de los concejales socialistas.

Los cuatro concejales socialistas, y nomás ellos cuatro, serán los responsables únicos de que se lleve a cabo esta barbaridad, porque debiéndolo parar – si no por coherencia, al menos por honrar a sus antecesores manteniendo sus políticas – no lo habrán hecho.